Llegaron a mi vida para adueñarse de mi corazón, llenaron mi camino de alegría y sazón; para hacerme la mujer más dichosa del mundo.
Ustedes me enseñaron la belleza de las cosas simples de la vida, y su inocencia se confunde con lo sólida que es su presencia. Cuando me miran, parecen entender que somos el uno para el otro, y que cuando nacieron, volví a hacerlo yo...
Cada día al lado de ustedes es una aventura maravillosa, llena de ternura y desorden; de caricias y risas; de besos...
Más que mis hijos son hijos de la vida... y quisiera estar, a su lado, acompañándolos a transitar por ella sintiéndolos felices, sanos. Amados y amando. Siendo a veces testigo y otras bastón.
Sé de su felicidad porque cada día me la demuestran, y no existe satisfacción igual en el universo, ni gratificación semejante. Su entusiasmo y picardía se desbordan, y ojalá sigan con ustedes mientras crezcan en cuerpo, mente y espíritu.
Mis bebés, sólo deseo seguirlos colmando de infinito amor, y sentir tan cálido el suyo cada vez que me miran, me sonríen, o cariñosamente me pasan la mano...sin saber que son todo el bálsamo que requiero, por siempre.
Los amo hijitos míos!!!
